De acuerdo con Rosendo Madrid Monge, Representante de Cuentas Clave para DEKALB® en la región Pacífico, el sistema de camas eficientes puede ayudar tanto en el manejo de agua, así como en el ahorro en el laboreo del suelo.
Las camas son un sistema del manejo de los residuos de la cosecha conocido como rastrojo con los cuales se realizan los surcos en los que va a ir la siembra para aprovechar al máximo la cosecha anterior y poder darle nutrientes al suelo. La idea no es destruirlos, sino reconstruir con ellos.
“Si la tierra no la trabajas, no la volteas o no la aras entonces no te va a rendir, decían los agricultores de antaño, pero es un mito porque - asegura Rosendo - en otras partes del mundo como Brasil, Argentina, e incluso otras partes de México, están utilizando mínima labranza o labranza cero y los rendimientos no han bajado. Al contrario, conservan más el suelo, pueden presentar menos deslaves y están siendo más eficientes”.
Más allá de la labranza cero
La labranza cero se utiliza en la agricultura de conservación, para ayudar a mejorar y hacer sostenible la producción agrícola mediante la conservación y mejora de los suelos, el agua y los recursos biológicos. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se trata de mantener una cubierta orgánica permanente o semipermanente del suelo para protegerlo y que sus microorganismos hagan la labor del arado, de esta forma se mantiene el equilibrio.
En el caso de las camas eficientes para el cultivo de maíz se trata de una forma en la que los agricultores aprovechan los restos de la cosecha anterior que en la agricultura convencional suelen desecharse. No se trata de una labranza cero, pues, sigue utilizándose maquinaria, aunque en menor cantidad.
El caso de Sinaloa
El representante de DEKALB® comenta que el fracaso de la labranza cero en Sinaloa se debe a que la mayoría de las tierras cultivadas en este estado, se trabajan con riego rodado, por lo que el rastrojo estorba para regar, hace que se tapen los canales y no permite la correcta distribución del recurso en el cultivo.
“En el caso del riego rodado se trata de pipas con mangueras que riegan cada surco, el rastrojo obstruye el camino del riego porque se arrastra con el agua y el líquido no llega como debería, perdiendo mucha agua. Agua de más o de menos hace que baje el rendimiento”, dice el también productor de la entidad.
Sin embargo, nos comenta que con el uso de las camas eficientes todos los restos de la cosecha quedan de un lado y a la hora del riego el agua puede correr muy bien sin tener complicaciones con el maíz.
“El productor quiere enseguida llegar y ver su suelo limpiecito y creen que no pueden cosechar la tierra si están los restos de la cosecha. Pero, no se dan cuenta de los nutrientes que están perdiendo cuando venden o queman el rastrojo”, afirma.
Por otro lado, el cambio climático empieza afectar a los productores sinaloenses ya que las temporadas de lluvias no son tan constantes como antaño, las presas dejaron de captar agua y los productores se ven en condiciones de temperatura de 42-45ºC con una humedad de 98%.
Por eso, en DEKALB® te recomendamos aplicar nuevos sistemas en pro de una mayor sustentabilidad para las prácticas agrícolas, que además te beneficiarán en los rendimientos de tus cosechas.