La aireación para conservar el maíz a granel es una técnica eficiente sin importar la estructura que se utilice o los tiempos prolongados. De tal forma que se recomienda que los silos o graneros tengan proyectados sistemas de aireación para ofrecer granos de calidad comercial.
El objetivo de la aireación es modificar el microclima del ambiente de conservación para disminuir y uniformar la temperatura. Un ambiente adecuado con las condiciones necesarias para favorecer al grano, coinciden con uno desfavorable para el crecimiento de organismos perjudiciales.
El enfriamiento de los granos a consecuencia de la aireación disminuye la actividad del agua y, con ello, corta actividades biológicas como la aparición de hongos y bacterias. Asimismo, una temperatura y humedad en equilibrio, retrasan e incluso inhiben la generación de insectos. Con todo esto, se evita el deterioro de los granos.
¿De dónde viene el problema?
Los granos se deterioran porque están en un sistema de masa donde hay otros organismos vivos. Las variaciones físicas, químicas y biológicas de este sistema ecológico son las que provocan el daño del producto.
Es por eso que intervenir en la temperatura, el oxígeno y la humedad altera la actividad biológica, ya que las condiciones de supervivencia de estos seres vivos son únicas.
Las bacterias y las levaduras sólo pueden desarrollarse en temperaturas de conservación de 20º a 30ºC, con 17% de humedad, mientras que los hongos lo hacen a 26ºC con humedad relativa que va de 68 a 90%. Lo mismo sucede con los insectos, quienes tienen características particulares pero que coinciden en tanto que su temperatura óptima para infestar va de 31 a 37ºC.
¿Cómo opera un sistema de aireación?
Los elementos para el sistema de aireación incluyen un ventilador, ductos de alimentación y distribución del aire. Además de herramientas para medir la temperatura del ambiente y la de la masa del grano.
Para utilizarse, hay que considerar que la humedad varía a lo largo del día y depende de las regiones y los microclimas en los que se esté usando. Por eso, el análisis de las condiciones climáticas debe hacerse con cuidado para no obtener resultados negativos.
Esta técnica trae muchos beneficios, sin embargo, sólo es preventiva. Las operaciones que deben de tenerse de manera correctiva implican en muchas ocasiones el uso de agroquímicos que evitan la pérdida de la calidad del grano para venta o, en casos extremos, la pérdida total de la cosecha.
Fuente: FAO