Agricultura de conservación para recuperar el suelo

La agricultura de conservación es de gran ayuda para recuperar el suelo en tanto que está diseñada para usar de forma eficiente los recursos. Previene la pérdida de áreas cultivables y es por eso que se considera como una alternativa con menor impacto ambiental que, además, genera menos gastos a los agricultores.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), se basa en tres principios:

● Cultivo sin laboreo
● 30% de cobertura orgánica
● Rotación de al menos tres cultivos

Con esto se puede conseguir una alteración mínima del suelo debido a que las semillas se depositan directamente sobre una capa protectora de vegetación, así logran minimizar la aparición de maleza y preservar la humedad de la tierra. En consecuencia, el agua, los fertilizantes y los herbicidas, son usados de forma más responsable.

Por otro lado, la rotación de cultivos ayuda a la generación de flora y fauna que contribuye a un suelo bien nutrido. Con una mayor biodiversidad, los procesos biológicos naturales del suelo son potencializados, aumentando la sostenibilidad en la producción de cultivos.

Por qué conservar el suelo

La relación entre la salud de los suelos y los rendimientos de los cultivos es muy clara para los agricultores, por eso, recuperar los suelos implica aumentar la rentabilidad al tiempo que mejora sus condiciones de trabajo. Este factor social influye en las condiciones de pobreza y ayuda a minimizar la migración rural.

Pero la pérdida de la fertilidad del suelo es un tema que nos afecta a todos porque puede reducir las posibilidades para alcanzar la seguridad alimentaria. La degradación del suelo tiene como consecuencia perder tierra de cultivo y esto es un problema en tanto que las áreas para cosechar equivalen únicamente a 3% de toda la superficie del mundo.

Con esto en mente continuar con la tradición agrícola de siempre no es suficiente, cuando además, se suman retos para cosechar como la variabilidad climática que presenta cada lugar. Es por eso que hoy en día, deben tomarse las medidas necesarias para crear suelos resilientes que permitan mantener el equilibrio de los agroecosistemas.

Todo esto sin olvidar que cada región debe tener sus propias estrategias de conservación de suelo considerando los tamaños de las parcelas, el destino de los productos, los microclimas, la diversidad topográfica y la biológica. Sólo de esta forma podrán proponerse estrategias que funcionen de forma adecuada para cada sitio y la producción de alimentos quedará asegurada.

Fuente:

Estrategias de conservación de suelos en Agroecosistemas de México
 

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